- Simplemente un porrón de ron... y que esté bien picado - solté en un respolo.
El hombre se fue sin decir nada una vez tomó mi pedido. Bajé la mano y hundí la cabeza en ambas, mordisqueando con enfado las mangas del uniforme. El gorro se me cayó sobre la barra, pero lo dejé allí... Omitiéndolo completamente.