En la recepción

Pasado un rato llego a la recepción pero no veo a nadie.
¿Dónde estarán todos?, me pregunté.
Me encogí de hombros y me dispuse a recorrer un poco el lugar para buscar a los demás.
- ¿Hola? - inquirí a la nada.

llege como siempre medio perdido

-como que ya se me hace costumbre llegar de la nada aqui,jeje,es muy interesante-

-mmm?quien es el de ahi?-

lo mire de lejos para ver que hacia

Negué con desprecio.
- ¿Es que aquí nadie se digna a antender a los huéspedes?
Suspiré y dí un salto subiéndome al mostrador.
- ¡¿Hoooolaaaa?! - inquirí en tono burlón.
Me agaché y comprobé que no había nadie allí. Volví al suelo en otro saltó y cogí las maletas. Resoplé y caminé hacia la entrada.
Si nadie es capaz de antenderme, lo mejor será que me retire, me confirmé.

Inclino la cabeza mirando en su dirección sin voltearme.
- Mi nombre es Naoto... - dije con voz apagada. Fruncí el ceño y añadí: - Pero para usted será Shirogane.
Me acomodé el gorro. No me agradaba que me llamaran por mi nombre. Me crucé de brazos y volví a inquirir.
- ¿Usted sabe si existen los recepcionistas aquí? Este lugar parece abandonado.

Me acerco bruscamente y le doy un golpe en la cabeza.
- SHI-RO-GA-NE - anuncié, separando en sílabas y marcando cada una con énfasis.
Me alejé, crucé los brazos y resoplé.
- Pues si esa es la situación del lugar, ya que. ¿Dónde están las recámaras?
Tomé las malentas y voltée para ver a Yosuke.

Me acerqué hasta quedar a un par de pasos. Respoplé y dije:
- Shirogane.
Apoyé la mano derecha sobre el suelo y le asesté una patada en el estómago desde esa posición. Luego tomé las maletas y me dirigí hacia el interior.
- Adiós, iré a buscar a la niña de la luna - dije en tono cansado.

Continué en mi camino haciendo caso omiso de los murmullos de Yosuke.
¿Qué le pasará a ése?, inquirí a mi interior.
No lo sé... respondió a mi pregunta una voz extraña en mi mente.

Continuación